Ese talentoso señor
Posted: sábado, enero 23, 2010 by Godeloz in Etiquetas: cinestesia, Ripley's Game, Tom Ripley
En esta ciudad, a la vuelta de cada esquina, detrás de las puertas, murmurando detrás de los andamios y las ventanas, están las sombras de los perseguidores, aquellos que acechan sin descanso la belleza o el horror.


(El que no haya visto Halloween 2 absténgase de leer esta nota porque aquí se cuenta que al final la protagonista queda en el manicomio y el sicópata acribillado a balazos)
Lo que Michael Myers tenía de brutal y horrendo, Rob Zombie lo ha destruido con la segunda entrega de su remake. El hombre detrás de la máscara en esta versión moderna no es el mismo que aterrorizó a más de una generación desde 1978 cuando Carpenter estrenó una de sus mejores películas. No, ese gigante que se oculta detrás de la máscara no es el mismo. Puede ser más fuerte, más alto, más afín a la imagen de asesino que patentó Charles Manson pero lo que le sobra en estereotipo le falta en creatividad.

Como ya se dijo que es una misión suicida la de Sunshine no tiene relevancia que esté contando parte del desenlace y tampoco la tiene que cuente lo que quería contar: al igual que en Aliens, a esta nave llega un octavo pasajero que viene a ser como un Robinson Crusoe del espacio pero malévolo, fanático y difuso. Con una fealdad y una crueldad y una sangre fría tan fuera de este mundo que ni las cámaras logran captarlo con nitidez, las cámaras que son los ojos de los personajes, que son los ojos de los espectadores, que son los ojos de sus víctimas, ojos que además se han ido calcinando poco a poco al ser partícipes de esa misión suicida que pretende devolverle la vida al sol, una estrella moribunda, para que la Tierra, un planeta moribundo, deje de pasar el frío que muy probablemente padecerá en un futuro lejano en el que por desgracia ya nadie recordará a Sunshine ni a Boyle ni a la ciencia ficción ni a los personajes que conforman esta historia –incluyendo la voz de la computadora que a mí me parece ideal como compañera romántica de HAL9000-. Un futuro distante, sí, en el que muchas buenas películas no serán más que referencias exóticas en algunas bases de datos, pero en el que por fortuna algunas malas películas las acompañarán en ese olvido de la historia, a no ser que una misión suicida pretenda rescatarlas de sus tinieblas y en este caso apoyaría a ese extraño que siempre encuentra la manera de invadir las naves para calmar su ferocidad anulando a cuentagotas a cada ser humano que se encuentra en el camino y aprovechando el inmenso potencial que el espacio exterior brinda a la hora de hacer morir a la gente de modos simplemente horrendos.