Intento de una ciudad invisible

Posted: viernes, septiembre 22, 2006 by Godeloz in
0


La ampliación de una congestionada avenida en Medellín generó la demolición de algunas viviendas, pero sobre las ruinas han aparecido algunas presencias inquietantes y conmovedoras.

Así son las cosas, tras 42 años de habitar la misma casa, todo resultó inútil a la hora de intentar frenarle el paso a esa fuerza de la naturaleza humana llamada progreso. Francisco Bedoya, con sus hijos, tuvo que recoger sus cosas y marcharse. Dice que sin tristeza. Dice que al final lo único importante es la familia. Dice que sólo lamenta esa especie de sentimiento desolado que se le incrusta entre pecho y espalda de vez en cuando. Tal vez cuando camina sobre las ruinas de lo que era su viejo vecindario.

Extinción masiva

Testigos de la demolición que aconteció sobre la carrera 65, en el barrio Castilla, fuimos todos. Un proceso tan parecido a la descomposición de un cadáver, que asusta. Primero, el éxodo humano que abandonaba los hogares, como cuando escapa del cuerpo el último aliento. Después sobrevino un deterioro consecutivo que, conforme iban pasando los días con sus noches, se transformaba: Habitaciones vacías expulsando sombras a través de las ventanas, fachadas cayéndose a pedazos, vidrios rotos, puertas arrancadas de sus bisagras, muros que iban sucumbiendo a la depredación, suelos desmantelados, azulejos finamente extirpados de las paredes, grifos hurtados en medio de la noche, paredes que finalmente fueron reducidas a escombros por hombres que madrugaban a martillar y cincelar las junturas de cemento… Como aquello que se supone debe pasar en las guerras o en una explosión nuclear o en una extinción masiva.

Esos esqueletos de viviendas no tuvieron chance de persistir en el tiempo, así no son las cosas en las ciudades. En las ciudades todo cambia, siempre, sin pausas, sin nostalgia; ninguna esquina, edificio, calle, permanece sin alteraciones. Cada estructura aguarda sobre sus cimientos el momento de la demolición y también el de la reconstrucción. Quizás la memoria sea el único lugar del tiempo y el espacio donde persistan los lugares, aunque ya sabemos que allí las sombras también urden el cambio.

Escena de fantasmas

Donde antes habitaba la familia de Francisco, pasarán a toda marcha, muy pronto, automóviles, buses, motocicletas, enormes camiones.

Sólo queda una pared con el rastro de la presencia humana. Al ser demolida toda esta cuadra, sobre las paredes laterales de las casas contiguas sobreviven las huellas de lo que antes era un baño, una sala, una cocina, las escaleras para subir a una habitación o el zaguán que conducía a un patio. Esos lugares alguna vez habitados son hoy apenas un reducido escenario para los fantasmas.

Los artistas secretos


Cuenta Francisco que una tarde, cuando los obreros que trabajan en darle forma a la gran avenida ya no estaba, llegaron dos jóvenes artistas. Cazadores en esta selva urbana de presencias, de espectros. Llegaron para librar la batalla que de antemano todos llevamos perdida, esa que es contra el olvido. Aunque ellos, de nombres desconocidos hasta ahora, pueden cantar una breve victoria porque recuperaron la presencia (al menos la forma) de los antiguos moradores del lugar.

Plagaron la pared de dibujos que inquietan. La silueta de una mujer lava la ropa (de su marido). Una sombra del tamaño de un niño toma una ducha para toda la eternidad. Un perro persigue a su amo, no mueve la cola, no ladra, no jadea. Otro perro –¿tal vez el mismo?- espera acurrucado, su posición refleja una tristeza infinita. Sobre un mueble, no se sabe a ciencia cierta si dando la espalda o mirando de frente, otra figura humana escucha una radio pintada sobre el mesón de una cocina. En un patio la ropa cuelga pero el viento es incapaz de mecerla. Una olla a presión permanece en silencio junto a una puerta (lo único real en la escena) que no conduce a ningún lado.

Todas estas figuras, rústicas, enigmáticas, conmovedoras, hacen parte de una intervención secreta. Desde el anonimato, los artistas dejaron entrever los rasgos de una ciudad que por lo general se oculta, la ciudad que ha sido, que fue, que no será: una ciudad invisible, siempre inacabada.

0 comentarios: